martes, 30 de julio de 2013

OUIJA Anecdota 1

Esta anécdota no me ocurrió a mi personalmente, ni estuve presente cuando ocurrió. Estos son los hechos que alguien me contó de primera mano. Le ocurrieron a el y sus amigos.

Nota: Puede que las hechos no ocurriesen exactamente de la forma que yo las describo porque hace mucho tiempo que me lo contaron. Pero en esencia fue así.


Anécdota 1.
 
 Un amigo-compañero de partiditas de baloncesto al que llamaremos Pepe, me contó su historia personal con la OUIJA.


 El era mayor que el resto de la pandilla que nos reuníamos para jugar, formaba parte de este tipo de muchachos medio pijos - medio de barrio que andaba enredado en temas de la Iglesia del Barrio.
 Solía participar en eventos religiosos tocando la guitarra en el coro y participaba en excursiones y cosas por el estilo que las iglesias suelen promover.
 Un día, en una de esas excursiones a un campo en no se donde, ya de noche y tras muchos cantos, coca cola y juegos, el aburrimiento de alguien hizo que se planteara la idea de hacer ouija.


Si, se que no pega mucho eso de ir a excursiones de iglesia y terminar haciendo Ouija, pero así son las cosas y así somos las personas.

Media congregación (espero que el cura no tomara parte) se dispuso a hacer Ouija improvisada en lo alto de una de esas mesas con bancos de madera que se encuentran desperdigadas en los campos donde se puede hacer barbacoa.
 Pintaron las letras en alguna cartulina (o en la mesa...) y como apuntador usaron un vaso de esos de toda la vida Duralex.

Al tiempo de mover el vaso, contactaron con un espíritu que contestaba a todas sus preguntas de muy buen gusto.
Tras los típicos vetos por parte de estos entes ante algún participante que no es de su agrado, los que quedaron, hicieron todo tipo de preguntas.
 


Hasta ahí todo estuvo bastante divertido.


Luego, me comento Pepe, el espíritu se volvió un poco perezoso y parecía no contestar de forma fluida. Sus palabras fueron que no podía continuar "ADIOS".




 

De repente, todos notaron que volvía con más ímpetu y que no paraba de girar y girar. Parecía que el vaso quería salirse del tablero.
 Ante la pregunta de que deseaba, solo hubo silencio. Los nervios empezaron a hacerse visible entre los participantes, algunos incluso quitaron sus manos un poco asustados.
 Los pocos que quedaron veían moverse el vaso de una forma bastante "rara" y ninguno creía que fuese algún compañero quien lo hacía.

 Pepe pregunto en voz alta
 - ¿Quien eres tu?
 y de una forma bastante rápida y agresiva dejo de dar vueltas para indicar que era SATANÁS.





 
El terror fue creciendo entre los que miraban atónitos como comenzaba a moverse de nuevo el puñetero vaso.

 Alguien dijo en voz alta que se fuera y que terminaran con la sesión pero aquello no paraba de moverse en círculos cada vez mas amplios y que parecían querer sacar el vaso de la mesa.

 Las niñas empezaron a asustarse e incluso algunas lágrimas de terror salieron a relucir.

 El típico gracioso de todas estas reuniones, apuntó
 - Seguramente es un espíritu burlón, lo que quiere es salirse de la Ouija para quedarse aquí con nosotros.

 Esto hizo que el terror se contagiara y el vaso adquirió aun más fuerza.

Con todos los presentes al borde de la histeria, unos cuantos rezando entre lloriqueos arrodillados al lado de la mesa,
los dos o tres que quedaban en la Ouija presionados para que no dejaran caer el vaso, un remolino de gente acercándose a la mesa, de repente, una voz sobresalió entre las demás


- Eso no es así, lo que quiere es liarnos y meternos miedo. Debemos destruir la Ouija y el vaso. Seguramente está queriendo meterse en el vaso. ¡Tenemos que pararlo y destruirlo!.

Pepe se dio cuenta que era ya el único que quedaba con la mano puesta. Se armó de valor y tiró el vaso contra el suelo protegiéndose instintivamente para que no le cortaran los trozos de cristales.
Se hizo un silencio sepulcral mientras el vaso rebotaba en el suelo sin partirse con ese sonido característico a vidrio templado de los buenos.

Del silencio se paso al pánico total con jóvenes que decían que no se podía partir que estaba poseído y otros intentando en vano partir el vaso a pisotones.

Pepe, algo avergonzado, me contó como alzó la voz y los convenció a todos para que rezaran un padre nuestro a la vez, que eso le daría fuerzas para destruirlo.

Y lo logró.                         Pero vaya numerito...









1 comentario:

El hermano zoombie dijo...

Esta no la sabia yo, ¿quien es Pepe?