lunes, 26 de agosto de 2013

Las Bogavantes

En los tiempos en los que los amigos de la pandilla salíamos sin ninguna fémina entre nuestras huestes, un día en particular marcó un antes y después en nuestras vidas.


Era un Jueves Santo en Sevilla, con decenas de miles de personas en las calles deseosas de sentir y vivir la Semana Santa.

Ya habíamos recorrido todo el centro contemplando con interés y respeto los "pasos" más famosos del día cuando el día empezabar a llegar a sus últimas horas.

Estábamos cansados de tanto andar, pero nada que nuestros cuerpos jóvenes y bien adiestrados no pudieran aguantar. Además, entre procesión y procesión, siempre caía un buen bocata de salchichón o tortilla y una latona de Coca Cola de esas que los vendedores ambulantes ofrecían a voz en cuello.

Aparte de estas ingestas "supervitaminadas y mineralizadas" estaba el oasis entre los oasis, el 5 estrellas de los helados, la gloriosa e insigne heladería RAYA.
Situada frente a la plaza del Cristo de Burgos se erigía el majestuoso templo del helado artesano que nos hacía las veces de Boxes en nuestro particular circuito.



Con una tarrina de medio kilo de turrón te cargabas las pilas para dos semanas. 
Tardaba una media de 0,5 segundos en hacer efecto y eliminar todo rastro de cansancio en nuestro cuerpo.


Alguien propuso irnos ya a casa para comer algo, ducharnos y volver para la Madrugá.

No lo recuerdo bien pero creo que Kiko y Rapo se quisieron quedar y "empalmar" con la Madrugá. El resto optamos por darnos un pequeño descanso.



Después de ese paréntesis, ya "maqueaditos" y oliendo de nuevo a personas decentes, nos fuimos llamando de puerta en puerta, como se acostumbraba por aquellas fechas.

Ya reunidos parte de los "Colegorros", Chiqui, Carlos y mi menda lerenda, cogimos el 20, línea de Tussam que nos dejaría en la propia Encarnación o almenos junto al antiguo cine Rialto.




Habíamos quedado en vernos en la plaza de la Encarnación junto al kiosco de chucherías.


Cuando quedaban unas decenas de metros para llegar al sitio de reunión, nuestros ojos ya divisaban a nuestros Lastra y Rapo entre la multitud.

--Bien, no tendremos que esperar  --Me dije a mi mismo.



Pero algo raro se masticaba en el ambiente...


Un "enganchao" nos paró a medio camino para pedirnos tabaco y como ninguno fumábamos cogió un rebote de cuidado. Pensaba que ya íbamos a tener jaleo con el "nota", pero nuestro Chiqui, ni corto ni perezoso lo mando velozmente al Carajo y parece que eso le calmó los ánimos porque se apartó refunfuñando y nos dejó tranquilos.

Llegando ya a nuestro lugar de encuentro, un grupo de personas se movió de sus posición y nos dejo ver algo totalmente inusual.



¡¡Rapo y Kiko estaban con Tías!!


¡Dios mío!, que yo había venido entre "paso" y "paso" a ver tías de lejos y comentar lo buenas que estaban.
La verguenza de las obligadas presentaciones de rigor me dejó anticipadamente listo de papeles.


No puedo hablar por los demás, pero tengo la impresión de que curiosamente, ninguno de los tres se alegró de la situación.


Mientras nos acercábamos más lentamente, divisé un buen culo. Así que me dije.
--Bueno, por lo menos una está buena.



Pero la cosa iba a empeorar por momentos. 


Al llegar donde estaban, me di cuenta que ese bonito culo esbelto pertenecía a otro grupo más afortunado.

Nada más llegar, hicimos los saludos de rigor entre nosotros.
--Illo.
--Illo.
--Illo.
-- ¡Ey!.
--Illo.


Un vocabulario de lo mas extenso...


Pensaba que nos las iban a presentar formalmente, pero la cosa quedo en charlar un momento como si allí no hubiera tres "tías".

Después de unos minutos muy incómodos, las chavalas viendo el interés de la peña, se lanzaron a presentarse por si mismas y allí nos las vimos los tres recién llegados repartiendo besos a diestro y siniestro.

En ese momento me fijé en una que no estaba tan mal, pero rápidamente me percaté de que era sólo porque las otras dos eran como mínimo defectuosas.

Quiero dejar claro que me siento mal por hablar así de otras personas, pero lo cierto es que eran feas, raras, pequeñas y vestidas estrafalariamente en una mezcla entre Johnny Depp y Michael Jackson en concierto.



¡Encima llevaban una corbata dorada a juego!



Allí aguantamos el tipo y de forma muy educada dimos el palique pertinente tanteando por donde iban los tiros.
Lo mismo teníamos suerte y eran algunas compañeras de instituto o algunas primas lejanas y se iban pronto porque habían quedado con otros.


Cuando ya vimos el percal, que el Lastra y el Rapo estaban entregados, decidimos trazar un plan elaborado de escaqueo.

Creo que fue Carlos quien aportó decir que habíamos quedado con nuestras novias y que nos teníamos que ir.



Gran plan y muy elaborado...


Pero fue soltarlo y nuestro querido Lastra nos dejó con el culo al aire, diciendo.
-- Que novias... si no teneís novia.


"El Palo" me hubiera avergonzado, pero como la más pequeña y estrafalaria de las tres se me había pegado y no dejaba de mirarme fijamente, lo que me empezó a entrar fue miedo.

Que chavalita tan rara, que regalito para presentársela a mis padres diciendo Papá, Mamá, esta es mi novia ...Golum...


Carlos estaba muy indignado y no paraba de repetir.
--Será Cabrón el Lastra, vaya "Palo" me ha dado.


Viendo que no había escape posible, cual perros apaleados, sin voz ni votos, decidimos ir en grupo a dar una vuelta para buscar alguna procesión.

Él camino fue de lo más singular. No se que hacían los demás pero yo andaba totalmente descolocado y desmotivado. Además, el pequeño Hobbit de la Corbata brillante seguía sin quitarme los ojos de encima y se empeñaba en ir a mi ladito.



Por un momento pensé que me iba a coger la mano.



Uff, sudaba y estaba poniéndome muy nervioso.
Tampoco era una cosa tan horrorosa, eramos un grupo de jóvenes yendo a ver procesiones, pero lo cierto es que iba totalmente avergonzado por la situación y por si alguien me veía con ... ella...



¡Que yo tenía una reputación en el instituto y en el barrio!


 Ensimismado en mis pensamientos, oí como alguien me llamaba.
--Quillo, Lole, ven un momento.

Era el Carlos y el Chiqui que me reclamaban dándome la excusa perfecta para quitármela de encima unos minutos.

Ella se unió al otro grupo que iba un poco más rezagado.

Volvimos a trazar un plan de escape. Esta vez lo íbamos a hacer mucho mejor, más elaborado y a prueba de "palos".

Viendo la cantidad de gente que había por la calle y que estábamos agrupados, chiqui clavó la mejor fuga de la historia. 




Fue un grito de Guerra.
-- Illo, Corre, "ámonos".
-- ¿A donde?.
-- Tu corre, corre.  -- Exclamó Chiqui.
-- Corre tío, corre. -- Aportó Carlos.

Y así lo hicimos, corrimos como el viento, doblando la primera calle a la izquierda y la segunda a la derecha.

Cual fue nuestra sorpresa cuando nos dimos con un callejón sin salida.

La cara del Chiqui fue un poema, se quedo como abatido, desilusionado con la vida, como diciendo, ya está, no está de Dios que nos podamos largar.

Pero Carlos tomo las riendas y siguió el plan al pie de la letra.
-- Illo, corre, corre.



Peazo de Plan: Simple, efectivo y fácil de RECORDAR.


Terminamos por la Alfalfa o yo que se donde...  Lo tengo como borrado, como si hubiera tenido un traumatismo craneoencefálico.

Después, todo fue ir ojo avizor, para no encontrarnos con el grupo. Parecía uno de estos juegos de Rol que después se hicieron famosos en la Madrugá.


Luego, ya más tranquilos, fuimos comentando la situación y  riéndonos nerviosamente de lo extraño que había sido todo.

No he llegado nunca a entender porque nos alteró tanto aquello. Fue una situación de lo más normal como para afectarnos de esa manera.


Algo tenían esas niñas que nos hicieron huir.


 
Como ya he comentado, no consigo poner en orden lo ocurrido, de hecho, con el Rapo es como si no hubiera estado, no se siquiera si hablé con el esa noche.

Puede incluso que con nosotros, los tres corredores, fuesen más personas: Titi, Emi, Javier ??

Kiko estuvo entregado un tiempo con la "mejor" de las tres y alguna vez que otra los vimos juntos por el centro.

Fue una de las etapas negras de nuestro Lastra.


Nunca volvimos a hablar del tema pero caña le dimos por un tubo.

Esa chavala no te convenía Kiko...  Así lo decidimos los QueenWarriors.

Menos mal que a la hora de aportar cizaña se nos unió el tío con mas inventiva del mundo, el Enano que se encargo de enderezarlo y llevarlo al buen camino.



Por cierto, debido a un bigotillo mas peludo y largo de lo habitual en mi particular Golum con corbata, estas pobres chicas (espero que por su bien, no lean nunca este Blog) fueron bautizadas como
L A S   B O G A V A N T E S.





Nosotros los Bogavantes tenemos las pinzas delantes...


Fin.


Nota: Espero no molestar a nadie y espero también que nadie se sienta ofendido por mis palabras pero siendo franco, para sentirse mal.. Yo, esa noche...

 

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